¿Qué es el cambio climático?

El clima hace referencia a las condiciones atmosféricas a largo plazo y siempre ha estado sometido a variaciones  como consecuencia de diferentes fenómenos naturales (cambios fraccionales en la radiación solar, erupciones volcánicas, etc.) que se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etc. Sin embargo existe un consenso científico generalizado en que se está produciendo una alteración climática, especialmente desde hace varias décadas a una velocidad sin precedentes, y en atribuir la misma a la actividad humana. Esta alteración climática actual de origen antropogénico es lo que se conoce como “el cambio climático” y se debe fundamentalmente al aumento de la emisión a la atmósfera de los denominados gases de efecto invernadero (GEIs) que al retener calor contribuyen al calentamiento del planeta.

La mayor parte de los GEIs se generan de forma natural. Sin embargo la concentración de estos gases en la atmosfera ha aumentado de manera exponencial desde el inicio de la revolución industrial. El principal GEI liberado por la actividad humana es el dióxido de carbono (CO2). Los otros gases de efecto invernadero se emiten en menores cantidades pero son mucho más potentes que el CO2 en su potencial de efecto invernadero  y son: el metano, el óxido nitroso y los gases fluorados. El aumento de la concentración de estos gases es el resultado de dos factores:

  • Aumento de las emisiones globales de GEIs en un 80% entre 1970 y 2010 como consecuencia fundamentalmente de la quema de combustibles fósiles para generar energía (carbón, petróleo, gas) pero también de actividades como la deforestación, la industria y las prácticas agrarias (IPCC, 2014).
  • Disminución de la capacidad natural de absorción. Los océanos, las masas forestales y otros ecosistemas terrestres actúan como sumideros y almacenes naturales de carbono, absorbiendo alrededor de la mitad del CO2 emitido en la atmósfera. Sin embargo la degradación de los ecosistemas, la deforestación y cambios de uso del suelo disminuyen las fuentes de captación naturales del CO2.

Se están acumulando numerosas evidencias de la existencia del cambio climático y de los impactos que de él se derivan: aumento de temperaturas, pérdida de masas de hielo, aumento de fenómenos extremos (inundaciones, ciclones, incendios, etc.) subida del nivel del mar, acidificación de océanos y pérdida de biodiversidad, etc. Todos estos efectos derivados conllevan significativas y crecientes repercusiones sociales y económicas, con impactos en todos los sectores de actividad (pérdida de cultivos, daños materiales, costes de salud, etc.). Por otro lado además de comprometer el futuro de las próximas generaciones, afectará en mayor medida a las regiones y poblaciones con menores recursos económicos debido a su menor capacidad para adaptarse, siendo paradójicamente las menos responsables del problema.

Nos enfrentamos por tanto a un gran desafío con importantes repercusiones económicas, de seguridad, sociales y, sobre todo, éticas. El cambio climático es un escenario real y actual, de alcance global que requiere una acción coordinada y ambiciosa a nivel internacional para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Este problema es de todos. ¡Actuemos NOW!