La tecnología, un recurso vital frente al cambio climático

La Cumbre del Clima de París celebrada el pasado año ha constituido un momento histórico para concluir cuáles deben ser los esfuerzos para atajar los problemas crecientes del cambio climático. Todo apunta a que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producirán un peligroso calentamiento atmosférico en las próximas décadas. Por ello, en 2050, las emisiones mundiales de GEI deberían disminuir de un 50% a un 80% respecto a los niveles actuales, según estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

El Acuerdo de París concede un papel básico a la tecnología en la lucha global contra el cambio climático y establece una visión a largo plazo sobre el desarrollo y transferencia de tecnología y resiliencia climática. En particular, en el Acuerdo de París el Mecanismo de Tecnología se define como un elemento clave en su aplicación. En los próximos años, los países deberán elaborar el marco para mejorar sus esfuerzos tecnológicos para limitar el aumento de la temperatura global y adaptarse al cambio climático. .

En el acuerdo se fortalece el Mecanismo Tecnológico y se pide al Comité Ejecutivo de Tecnología y al Centro y Red de Tecnología del Clima que, al dar apoyo para la aplicación del Acuerdo, prosigan sus trabajos en relación a:

  • La investigación, el desarrollo y la demostración de tecnología;
  • El desarrollo y la mejora de las capacidades y tecnologías endógenas.

Asimismo, los órganos técnicos de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático están trabajando  para elaborar recomendaciones sobre los siguientes aspectos:

  • La realización y actualización de evaluaciones de las necesidades de tecnología, y una mejor puesta en práctica de sus resultados, en particular los planes de acción tecnológica y las ideas de proyectos, mediante la preparación de proyectos financiables.
  • El aumento del apoyo financiero y técnico prestado para la puesta en práctica de los resultados de las evaluaciones de las necesidades de tecnología
  • Las evaluaciones de las tecnologías que estén listas para ser transferidas
  • La creación de entornos más propicios para el desarrollo y la transferencia de tecnologías idóneas desde los puntos de vista social y ambiental y la adopción de medidas para superar los obstáculos al desarrollo y la transferencia de esas tecnologías.

Lo cierto es que para alcanzar el objetivo de reducción de emisiones será preciso introducir cambios tecnológicos. En este ámbito, hoy en día y después de aplicar muchas medidas y políticas y de realizar un gran esfuerzo por parte de las administraciones los organismos internacionales y compañías del sector privado podemos preguntarnos ¿se ha avanzado lo suficiente? ¿Los pasos dados han sido los correctos? ¿Se ha contado con el apoyo de la tecnología adecuada para conseguir los retos marcados?

Hay elementos muy positivos, por ejemplo, las energías renovables (en especial la eólica y la solar fotovoltaica) que han conseguido una expansión sin precedentes y una gran mejora en su competitividad de costes, que las posiciona como una opción muy atractiva para el sistema eléctrico de todos los países.

Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por realizar para pasar del escenario actual de emisiones futuras a un escenario compatible con la limitación de la temperatura global por debajo de los 2oC. Se requerirá avanzar en la reducción de costes de las energías renovables menos maduras, en soluciones de eficiencia energética más fáciles de implantar y más competitivas, en sistemas de transporte menos intensivos en combustibles fósiles y más eficientes…